El efecto suave y lustroso de tela de raso se debe principalmente a su proceso de tejido único, conocido como tejido satinado. Así es como este proceso contribuye a las características distintivas del tejido:
Estructura de tejido satinado:
En un tejido satinado, los hilos están dispuestos de tal manera que hay largos flotadores de hilos de urdimbre (a lo largo) o de trama (a lo largo) en la superficie de la tela.
A diferencia de otros tejidos (como el tejido tafetán o el tejido de sarga), donde los hilos se alternan entre sí con mayor frecuencia, en un tejido satinado, un hilo (ya sea de urdimbre o de trama) flotará sobre varios hilos antes de pasar por debajo de otro hilo. Esto crea menos interrupciones en el patrón de tejido, lo que da como resultado una superficie lisa.
Entrelazados mínimos:
La clave del tejido satinado es la reducción de los entrelazados (puntos donde se cruzan los hilos de urdimbre y trama). Al minimizar estos entrelazados, la superficie de la tela permanece ininterrumpida y suave, lo que realza su brillo y le da al satén su aspecto brillante característico.
Reflexión de la luz:
Los largos flotadores en la superficie de la tela permiten que se refleje más luz en el material de manera uniforme, lo que contribuye al alto brillo de la tela. Esta reflectividad es lo que le da al satén su aspecto lujoso y brillante.
Elección de fibra:
La elección de las fibras también influye. El satén puede estar hecho de seda, poliéster, nailon o acetato. Cuando está hecho de seda, el satén tiene un brillo natural debido a la suavidad de las fibras de seda. Cuando se utilizan fibras sintéticas como el poliéster, se pueden diseñar para mejorar el efecto brillante.
Tejido apretado:
El satén suele tener un tejido apretado, lo que también contribuye a su textura suave. La densidad del tejido puede afectar tanto la caída como el brillo de la tela.
Proceso de acabado:
Después de tejer, el satén a menudo se somete a procesos de acabado como el calandrado, donde la tela pasa a través de rodillos calientes que aplanan y pulen la superficie, mejorando aún más su suavidad y brillo.
La estructura del tejido satinado, con sus largos flotadores y entrelazados mínimos, combinados con la elección de fibras y procesos de acabado, es lo que le da al satén su característico aspecto suave y brillante.